Reciente

miércoles, 15 de marzo de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 464

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 464. Vieja Historia (1)



Durante dos horas, Dolshi me estuvo criticando. A decir verdad, no fue de ninguna ayuda. Bueno, puede que me ayudara a darme cuenta de que uno debe dominar su magia por su cuenta.

Sin embargo, aunque todo lo que hizo fue sentarse allí durante dos horas y criticarme, se rascó el cuello y refunfuñó,

"Esto es agotador, muy agotador."

Se estiró en la silla mullida y dijo,

"Quiero café."

Cuando nuestras miradas se cruzaron, añadió en tono burlón,

"Ah, tu no puedes beber café."

'Es un dragón irritante.'

Era tan arrogante que sólo podría ser el dragón. Me quejé en mi interior, pero mantuve una expresión plácida. Llamé a un sirviente para que trajera unas sillas, café, bocadillos, y otras bebidas.

Debía de tener mucha hambre. En cuanto la mesa estuvo llena de comida, Dolshi devoró los bocadillos sin descanso. Al mismo tiempo, hablaba con Kapmen de cosas que yo desconocía. Kapmen reaccionaba a todo lo que decía.

Se veían muy cercanos. Fue interesante ver a Kapmen— un noble seco e inflexible como yo— manejar el torbellino de pensamientos de Dolshi sin retroceder.

Empecé a interesarme por su conversación. Dolshi hablaba de interminables extensiones desérticas, cumbres que atravesaban las nubes y enormes monstruos con forma de pulpo que aparecían en el océano. Parecía un entorno totalmente distinto al de la vida en el palacio, llena de elegantes violines, suaves perfumes y finas texturas. Sin embargo, tenía su propio encanto.

Así que me senté en silencio a escuchar la conversación.

"Por cierto, Kapmen."

Los ojos de Dolshi brillaron de repente.

"¿Qué?"

Dolshi se inclinó hacia delante,

"Mencionaste algo sobre una poción de amor en una de las últimas cartas. Que querías encontrar la forma de revertirla."

Kapmen y yo nos estremecimos. Pero Dolshi no se percató.

"¿La revertiste?"

"Lo hice..."

Kapmen apenas se abstuvo de mirar hacia mí.

"¿Cómo?"

"Es difícil de explicar."

No tenía ningún interés en ese tema. Tomé incómodamente una galleta y la mastiqué.

Sin embargo, Dolshi estaba absorto. Interrogó a Kapmen alrededor de treinta minutos, preguntándole cómo se había liberado, cuál era el antídoto y sus efectos secundarios. Al final, preguntó,

"Kapmen, Kapmen. ¿No te queda ninguna de esas pociones?"

Cuando Kapmen lo miró con el ceño fruncido, Dolshi sonrió,

"Dame una."

"¿Para qué la quieres?"

"Sólo dámela."

Una sonrisa confiada cruzó los labios de Dolshi, a lo que Kapmen insistió,

"¿Para qué?"

Dolshi respondió como si fuera obvio,

"Para beberla."

Kapmen lo miró perplejo.

"¿Qué dices? ¿No te he dicho cuánto sufrimiento me ha causado?"

El Gran Duque debe haber pedido ayuda a Dolshi para neutralizar la poción. Sin embargo, Dolshi era terco como una mula.

"¿Y qué? Es patético y fascinante cómo una simple poción te hizo sufrir así."

Una vena azul brotó en la frente de Kapmen. Aún así, Dolshi continuó fastidiándole con una terquedad infantil.

"Sólo una vez, quiero saber qué se siente. Dame una. Soy un mago consumado, así que puedo neutralizarla enseguida."

¿Siempre fueron los dragones criaturas tan obstinadas? Desde que se enteró de la construcción de una represa de joyas, Dolshi no paraba de traerme diseños y dibujos... ahora parecía dispuesto a ir a tomar la poción por su cuenta si Kapmen se negaba a dársela.

Aun así, Dolshi me miraba con ojos brillantes. Una energía caótica destellaba en sus pupilas. No fue una mera sensación. Realmente vi un tono rojo en sus ojos. Al final, Kapmen se levantó y salió. Supuse que iba a buscar la poción.

Cuando se fue, Dolshi se dirigió a mí,

"Si ya ha descansado, dama de extraño nombre, vuelva a practicar."

Mientras intentaba hacer hielo de la nada, Kapmen regresó con la poción.

Le extendió la pequeña botella a Dolshi, que la aceptó con una risita y la levantó como si fuera un villano.

"Dolshi, déjame advertirte una vez más..."

Antes de que Kapmen pudiera volver a disuadirle, Dolshi arrancó el corcho y lo vertió todo en su boca, sin darle la oportunidad.


Kapmen y yo nos escondimos al mismo tiempo debajo de la mesa, un reflejo provocado por nuestro trauma mutuo a causa de los efectos de la poción.

"No sabe a nada. ¿Qué demonios? ¿Por qué se esconden? Tengo que ver una cara para que la poción surta efecto."

Kapmen me miró fijamente, sacudió la cabeza y me dijo que no me moviera. Asentí. Dolshi afirmaba que podría deshacerse de los efectos enseguida, pero ¿quién podría asegurarlo? También podría experimentar otros efectos secundarios. No queríamos involucrarnos con él en ese sentido, así que no teníamos intención de salir.

"¿No saldrá uno de ustedes para probarla?"

Habló un poco molesto mientras daba golpecitos en la mesa bajo la que estábamos escondidos. Aun así, permanecimos tan inmóviles como un muerto.

Entonces soltó una carcajada,

"Elegiré a uno de los dos."

Se puso en pie de un salto. Su silla cayó al suelo al mismo tiempo que la puerta fue abierta de golpe.

"¡Su Majestad!"

Era la voz de McKenna.

Sorprendida, levanté la cabeza e hice contacto visual con Kapmen. Nos pusimos de pie al unísono, ambos imaginando lo peor. Dolshi lo había mirado tan pronto como lo escuchó.

Tragué en seco. ¿Será... eficaz? Por mucho que me preocupaba, dudaba que la poción funcionara en un dragón...

Dolshi señaló a McKenna. Lentamente, se volvió hacia mí.

"¿Quién es ese encantador pajarito azul, tan azul como si estuviera hecho del mismísimo cielo?"